viernes, 9 de julio de 2010

La muerte no es mas que un viaje, semejante al que realizan dos amigos al separarse para atravesar los mares. Como aun se necesitan, ellos siguen viviendo el uno en el otro y se aman en un realidad omnipresente. En dicho divino espejo se ven cara a cara, y su conversación fluye con pureza y libertad. Tal es el consuelo de los amigos: aunque se diga que han muerto, su amistad y su compañia no desaparecen, porque éstas son inmortales.

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